martes, 8 de abril de 2014

HISTORIA


Joe Hin Tjio
Albert Levan
El descubrimiento del síndrome XYY ha sido relativamente reciente, y tuvo lugar gracias al gran trabajo de dos citogenetistas, Albert Levan y Joe Hin Tjio. A comienzos del siglo XX, se postulaba que la especie humana contaba con 48 cromosomas, en vez de 46. No fue hasta 1956, cuando Albert Levan y Joe Hin Tjio, tras numerosas investigaciones realizadas en la Universidad de Lund, en Suecia, publicaron un artículo en la revista Hereditas, estableciendo el número de cromosomas en la especie humana como 46. Este nuevo descubrimiento revolucionó el panorama de la medicina, específicamente de la medicina genética, induciendo el descubrimiento de numerosos síndromes y aneuploidías. 


Richard Speck
El "Superhombre XYY"
El síndrome XYY fue descubierto en 1961 por el estadounidense Avery Sandberg, en el instituto Rosewell Park Memorial, en Búfalo.  Fue descubierto accidentalmente en un hombre de 44 años, a quien se le realizó un estudio genético debido a las circunstancias médicas de su hija, quien padecía del síndrome de Down. En los años siguientes, se llevaron a cabo numerosos estudios en diversas instituciones mentales, cárceles y hospitales. Destaca la investigación llevada a cabo por la genetista británica Patricia Jacobs, quien condujo una investigación Hospital Estatal en Carstairs, uno de los hospitales psiquiátricos más importantes de Escocia.  La investigación encontró un elevado número de varones XYY entre los pacientes mentales, así como entre reclusos penales, estableciendo así una correlación entre este síndrome y ciertas características, tanto físicas como conductuales, que incluían una estatura más alta de lo normal, o una conducta agresiva o peligrosa. En 1968, la bioquímica Mary Telfer llevó a cabo una serie de estudios en hospitales e instituciones penales en Pensilvania. No solo identificó erróneamente el acne como una característica destacable del síndrome XYY, sino que también identificó a Richard Speck, un asesino en serie responsable de la muerte de ocho enfermeras en un hospital de Chicago, como el “superhombre”, u hombre típico del síndrome XYY. Todas estas investigaciones, estudios y declaraciones, junto con muchas otras más posteriores, condujeron a la falsa identificación del síndrome como un síndrome violento y agresivo. No fue hasta los años 70, cuando estas ideas comenzaron a ser cuestionadas y rechazadas por numerosos investigadores y médicos, como por ejemplo Borgaonkar, quien en 1974 concluyó que la frecuencia de conducta antisocial y agresiva de los varones XYY probablemente no fuese muy diferente de las personas no XYY de la misma clase social y antecedentes. Otros investigadores, como Walzer, rechazaron totalmente la idea de que el cromosoma 47 fuese “un cromosoma del crimen”, sin embargo apoyaron la existencia de una relación entre el síndrome y numerosos problemas asociados, tanto en el aprendizaje como en la conducta de los pacientes. Posteriormente, se llevó a cabo un estudio en el Departamento de Psicología Clínica del Hospital del Estado de Risskov (Dinamarca), el cual confirmó la relación entre el síndrome XYY y problemas en el aprendizaje y desarrollo conductual. Se concluyó que los varones XYY presentaban un nivel intelectual normal, pero un cociente de inteligencia y nivel educativo menor del esperado. Asimismo, este estudio identificó nuevas características del síndrome, que variaban según el paciente y que incluían inmadurez, labilidad emocional, identificación varonil insegura y mecanismos de defensa débiles. 

Bentley Glass
Presidente de la Asociación Americana
por el Avance de la Ciencia 
Sin embargo a pesar de los esfuerzos de diversos investigadores por luchar contra los prejuicios y falsos supuestos sobre el síndrome XYY, estos continuaron siendo inculcados en la cultura general, gracias a novelas criminales, series de televisión e incluso algunas asociaciones científicas. Destaca la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia, cuyo presidente Bentley Glass apoyó en 1970 la legalización del aborto en el estado de Nueva York para aquellos fetos que presentasen un cariotipo XYY. A partir de los años 80 y hasta ahora, han predominado los estudios centrados en la relación entre el síndrome y los niveles intelectuales de los pacientes, los problemas sociales, la posible transmisión entre generaciones etc. Asimismo, hoy en día continúan las campañas para erradicar las falsas suposiciones acerca del síndrome que todavía predominan en muchas culturas. 



Fuentes
“Handbook of Pediatric Neuropsychology” por Andrew S. Davis
“El cromosma XYY ¿Culpable o inocente?” por José Manuel Reverte Coma, del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud.
“Human Chromosome Number”  por Clare O'Connor, Ph.D
“The XYY Syndrome: A dangerous Myth”, New Scientist Journal.

Entrada escrita por Marta Salas Sánchez

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